La muralla de Xi’an, guardiana de la ciudad, protege a la gente local. Mientras tanto, a más de 9.000 kilómetros de distancia de Xi’an, como parte importante de la Ruta de la Seda, la ciudad española de Valencia también conserva un valioso patrimonio arquitectónico que ha sobrevivido al largo curso de la historia.
La muralla de Xi’an, guardiana de la ciudad, protege a la gente local. Carga en sus espaldas el recorrido de la urbe a través del tiempo y es testigo de la continua herencia histórica. Como punto de partida de la antigua Ruta de la Seda, cuenta en silencio el peso y las vicisitudes de la historia en el fluir del tiempo, y vuelve a convertirse en la frontera de la apertura al exterior y en una importante puerta de China al mundo.
Mientras tanto, a más de 9.000 kilómetros de distancia de Xi’an, en la lejana costa mediterránea, como parte importante de la Ruta de la Seda, la ciudad española de Valencia también conserva un valioso patrimonio arquitectónico que ha sobrevivido al largo curso de la historia, lo que hace que estas dos ciudades de Oriente y Occidente, geográficamente tan distantes, cuenten con sorprendentes similitudes en algunos aspectos.
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