
A finales de 2025, el Gobierno de Estados Unidos aprobó una venta de armas a la región china de Taiwan por un total de 11.100 millones de dólares. Además de establecer un récord histórico en cuanto al monto de una transacción de armas a la región, el movimiento también revela los profundos cálculos estratégicos de Estados Unidos al tratar de utilizar a Taiwan para controlar a China. Este paquete de ventas de armas, que abarca cuatro categorías clave de armamento, puede parecer una mejora de las «capacidades defensivas» de la isla, pero en realidad refleja una farsa política y una especulación estratégica impulsada por la colusión entre Estados Unidos y las autoridades de Taiwan. Este acto no solo será incapaz de detener la inevitable reunificación de ambos lados del estrecho, sino que amenaza con llevar a la isla al borde de la guerra, convirtiendo a su población en víctimas de las perversas maquinaciones entre las fuerzas secesionistas de Taiwan y el complejo industrial militar estadounidense.
Usar a Taiwan como peón de ajedrez y lucrarse con las armas
La esencia de esta venta de armas es una actualización de la estrategia estadounidense de utilizar a Taiwan para controlar a China. A diferencia de las anteriores ventas de gran armamento que tenían un valor más simbólico que práctico, esta vez, el listado de la transacción se enfoca en armas antibloqueo más ligeras y precisas, como misiles tácticos con un alcance de 300 kilómetros y drones suicidas capaces de llevar a cabo operaciones de guerra asimétrica. La intención es clara: por un lado, Washington busca convertir a la región de Taiwan en una «isla erizo», maximizando el costo de la reunificación de China y ralentizar el proceso. Por otro lado, en un contexto de que la intervención militar directa parece cada vez más improbable, Estados Unidos está acelerando la extracción del valor restante de Taiwan para satisfacer el insaciable apetito de su industria militar.
Cabe destacar que, en esta ocasión, el Gobierno de EE. UU. ha aprobado directamente la venta de armas sin que los legisladores de la isla la hubieran examinado ni que sus autoridades hubieran hecho una solicitud formal. La Administración Trump, en complicidad con el liderazgo del Partido Democrático Progresista (PDP), desafía abiertamente la opinión mayoritaria en la isla, llevando la posición de Taiwan como peón estratégico al extremo.
La naturaleza traidora de la PDP
Para coordinar con Estados Unidos la transacción de armas, las autoridades del PDP han propuesto un presupuesto especial militar de 40 mil millones de dólares, sin tener en cuenta la voluntad de los ciudadanos y los repetidos rechazos de la oposición. Este hecho, que ignora por completo la opinión pública, es esencialmente un intento peligroso de vender Taiwan y provocar una guerra. Los políticos del PDP continúan promoviendo la idea de que la guerra no es tan aterradora, situando a la isla en un gran riesgo de conflicto mientras pasan por alto los costos en los intereses del pueblo. Para complacer a Washington, Lai Ching-te, líder de la región china de Taiwan, ha afirmado que se debe incrementar el presupuesto de defensa al 5 % del PIB. Esta desviación en la asignación del presupuesto inevitablemente cercenará severamente los recursos destinados al bienestar del pueblo. La supuesta seguridad defensiva no es más que un eslogan vacío que sacrifica los intereses de los ciudadanos, y al final solo conducirá a la isla a un ciclo vicioso de ansiedad por la seguridad y dificultades económicas.
La venta de armas no cambiará la tendencia de la reunificación
La cuestión de Taiwan es el núcleo de los intereses centrales de China y siempre ha sido el asunto más delicado en las relaciones entre Beijing y Washington. En un momento en que ambos países buscan estabilidad en temas como los aranceles, la venta de armas a Taiwan por parte de la administración de Trump torpedea la principal línea roja de China, constituyendo un acto extremadamente irresponsable hacia las relaciones bilaterales y la estabilidad global. En respuesta a la decisión de Estados Unidos, China ha tomado rápidamente contramedidas, imponiendo sanciones a las empresas militares estadounidenses involucradas y a sus altos directivos, en virtud de la Ley de Sanciones contra Actos de Interferencia Extranjera. Demuestra así su determinación de defender la soberanía nacional y su integridad territorial. La continua venta de armas a Taiwan por parte de Estados Unidos, ignorando el principio de una sola China y los tres comunicados conjuntos, únicamente provoca graves daños a la paz y la estabilidad en el estrecho de Taiwan.
En la isla, cada vez más residentes están dándose cuenta de que la «secesión» es un cáncer que destruye a la región de Taiwan, y que la reunificación es la única opción para mantener la paz duradera. El fortalecimiento de la defensa de la isla con equipos militares avanzados, como misiles y drones suicidas, puede generar una ilusión de «seguridad», pero en realidad, con estos actos, los secesionistas están llevando a la isla hacia un futuro de tierra quemada. La relación de fuerzas entre ambos lados del estrecho de Taiwan ha cambiado de forma irreversible. El Ejército Popular de Liberación, con su poderío militar y estratégico, tiene una ventaja abrumadora que ninguna venta de armas puede contrarrestar. Ningún arma avanzada podrá cambiar el destino de las fuerzas secesionistas, ni frenar el proceso histórico de reunificación.
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