Con la expansión y extensión de la exportación e importación de alimentos de forma global y llegando a cualquier lugar, se impuso la necesidad de llevar un control más exhaustivo y con miras ampliadas de los artículos de alimentación que llegan al consumidor europeo. Para ello, se creó la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria o European Food Safety Authority, para garantizar la seguridad de los alimentos que comemos.
La EFSA se creó en el marco de un programa general para mejorar la seguridad de la alimentación en la Unión Europea. Su objetivo es garantizar un alto grado de protección del consumidor, además de restablecer y mantener la confianza en el suministro alimentario. Su ámbito de actuación abarca la seguridad de alimentos y piensos, la nutrición, la sanidad y el bienestar animal y la fitosanidad. La Autoridad advierte de los riesgos de manera abierta y transparente.
Para hacer más efectiva esta defensa, la EFSA creará este año un «almacén de datos» para que lor organismos científicos, los distintos Estados de la UE y las agencias de seguridad alimentaria, manejen la misma información, estén en pleno contacto y caminen en el mismo sentido. Ya que la respuesta debe ser rápida, los objetivos de la EFSA son: optimizar las funciones de los expertos en la evaluación de riesgos; aumentar la confianza por mejorar la transparencia en el trabajo científico; y mejorar la capacidad de evaluación de riegos de la UE a través de una mayor cooperación y coordinación entre países y agencias.
Según la EFSA, debido a la apertura del mercado con carácter global, ha aumentado la demanda de las evaluaciones de riesgos y de asesoramiento científico en áreas como los pesticidas, los transgénicos, plagas vegetales, enzimas o los nuevos alimentos. Para ello, esta entidad ha puesto en marcha el primer Plan Plurianual (MAP), que abarca el periodo 2014-2016.
Bueno es saber que las fronteras alimenticias están aseguradas, porque la seguridad en lo que consume el ciudadano es una cuestión básica de protección de la salud.