Vivimos en una época en la que hemos pasado a depender transversalmente del paradigma digital, tanto en lo que respecta al desarrollo de la jornada laboral como en lo relativo a las actividades de ocio en el día a día. Debido a ello, es de suma importancia asegurar una buena conexión a internet en nuestra vivienda, garantizando así que todos nuestros dispositivos naveguen a la velocidad esperada. Sin embargo, esto no siempre es sencillo y cuando llegan los errores toca plantear soluciones eficientes. Lo cual nos ha animado a darte unas cuantas claves para que logres mantener en perfecto estado el estado de tu red.
Mide la velocidad de conexión
El primer paso para solucionar cualquier problema, sea del tipo que sea, es conocer su alcance. Puede que hayas notado problemas en la navegación por la red; pero, ¿realmente funciona lento? Bien, en este punto toca medir velocidad de conexión a internet y, para ello, hay página web especializadas que te lo ponen realmente fácil.
Estos sistemas online son verdaderamente intuitivos. Simplemente hay que realizar un test automático que, una vez se inicia, evalúa la velocidad tanto de descarga como de subida, así como valores de latencia como el ping y la fluctuación. De este modo, sabrás en cuestión de segundos cuál es la velocidad real, medida en megas, para que tomes las medidas adecuadas.
Así pues, si quieres resolver esos molestos tiempos de carga, tanto en los sitios web como en la reproducción de contenidos multimedia, el primer paso es buscar un test de velocidad de calidad. Una información que acto seguido toca comparar con la tarifa que tienes contratada y, si ambos datos son iguales, habrá que cambiar de contrato.
Cambia la tarifa que tienes contratada
Una vez hayas hecho el test de velocidad en cuestión, tendrás la información real sobre cuántos megas de descarga y de subida estás disfrutando. Compara estos datos con la tarifa que hayas contratado y, si son iguales o muy similares, tocará llevar a cabo un “upgrade”. De este modo, te asegurarás de que tu velocidad aumente de forma sustancial.
En este orden de ideas, te recomendamos que tengas un mínimo de 300 Mb de fibra óptica, los cuales son más que suficientes para un uso habitual de internet en la casa. No obstante, si requieres de una mayor velocidad, entonces prueba con las tarifas de 600 Mb, las cuales abastecen a cualquier clase de cliente y cumplen con sus necesidades de conexión de forma ejemplar.
Ahora bien, cuando estés contratando internet para el hogar, no debes olvidar la tarifa del móvil. A fin de cuentas, el smartphone es el dispositivo que más empleamos a diario y es importante contratar una buena cantidad de gigas para navegar sin problema dentro y fuera de la casa. En este sentido, con 70 GB disfrutarás de datos casi ilimitados para no preocuparte por el consumo cada mes.
Actualiza los dispositivos tecnológicos
En caso de que el test de velocidad te haya dado una cifra y tu tarifa de internet en casa diga otra, entonces el problema es mayor. Algo está fallando y es importante detectar el qué. Con esto en mente, una buena forma de actuar es cambiar los dispositivos tecnológicos, ya que dichos aparatos evolucionan con rapidez y es posible que se hayan quedado obsoletos.
Los ordenadores, las televisiones, los móviles, los routers o los adaptadores wifi son los elementos básicos que deberás cambiar. Si bien es cierto que la inversión puede ser considerable, suele ser el único método para aumentar la velocidad cuando todo lo demás funciona correctamente.
Eso sí, antes de hacerlo, llama a tu proveedor de internet para que compruebe si el error es suyo. También es recomendable conocer las limitaciones de velocidad de tu zona geográfica, ya que es posible que, aunque contrates cierta cantidad de megas, la que te llegue sea inferior. Una serie de pautas que debes aplicar cuanto antes para así disfrutar de las prestaciones de la era digital en plenitud.