Existen numerosas opciones para operar en Bolsa, una de ellas es la especulación con los precios de diferentes activos a través de CFD o contratos por diferencia, una fórmula que tiene características particulares y que comúnmente se ofrece a través de las plataformas de trading online o brókeres en línea.
Qué son los CFD
Hay que saber que los CFD son productos derivados complejos. Se trata pues, de un acuerdo entre un inversor y una entidad para el intercambio de la diferencia entre los precios de compra y venta de un activo subyacente (que no se tiene en propiedad en el caso de la venta ni del que se tendrá titularidad una vez cerrada la operación en el caso de compra), es decir, un bien material como el oro, o un bien financiero, como las acciones de una empresa, que mantiene un precio de mercado que va a depender de la cotización que ese mercado tenga en un momento determinado. En resumen, la inversión haciendo uso de los CFD se refiere a un método o sistema mediante el cual un inversor se compromete, mediante un contrato, con un bróker o agente de corretaje de CFD, sustituyendo la fórmula más habitual de comprar directamente el activo subyacente en la Bolsa.
Los CFD permiten invertir al alza y a la baja, facilitando beneficios o posibilitando pérdidas por la diferencia entre el valor del activo en la apertura y en el cierre de la posición. Operar en corto o a la baja puede ser una forma de gestión de riesgo para traders profesionales que quieran respaldar de esta manera posibles pérdidas en las acciones que mantienen en titularidad en la Bolsa, sin embargo, no es una técnica recomendada para quiénes no comprendan los riesgos de esta forma de trading. Por otro lado, hay que señalar que los CFD son productos apalancados que, aunque permiten realizar inversiones con menos capital del que se requiere para llevarla a cabo en la Bolsa, ya que solo habrá que aportar un margen o proporción del valor total de la operación para comenzar a operar, tiene sus riesgos asociados que es necesario comprender bien, por ello el trading de CFD no se recomienda a traders sin experiencia.
Lo más aconsejable es siempre elegir un bróker regulado proveedor de CFD que facilite toda la información necesaria y guía educacional en su plataforma.
Algunos tipos de CFD
Hay que aclarar para eliminar cualquier tipo de posible confusión que el CFD no es en ningún caso un mercado, sino un instrumento de inversión financiera. Al ser un derivado tiene como subyacente un mercado, por lo que existen CFD de índices, de acciones, de divisas, materias primas, de ETFs y de bonos. Sin embargo, en todos estos casos su funcionamiento operativo es el mismo, la única diferencia se localizaría en el nivel de apalancamiento.
CFD de Índices
Los índices bursátiles ocuparán aquí la posición de subyacentes. Como el US Tech 100, el índice que hace el seguimiento a las 100 empresas no financieras más grandes que, según la capitalización bursátil, cotizan en el índice bursátil estadounidense Nasdaq.
CFD de divisas
Popularmente conocido como mercado Forex, siendo el que toma como referencia los tipos de cambio de las monedas más importantes del mundo. El Forex también es conocido por ser uno de los que mueven más capitalización en el mundo.
CFD de materias primas
Como cabe suponer, en este caso se toma como referencia el valor de las materias primas que cotizan en bolsa, como son el oro, la plata, el petróleo (Brent y crudo WTI), el gas natural, el maíz, el trigo…
CFD de Bonos
Este otro tipo se refiere a los distintos bonos que los gobiernos de los principales países del mundo ponen a la venta para su financiación, se trata de un producto muy específico dirigido a inversores profesionales con experiencia.
CFD de acciones
Del mismo modo que los bonos son lanzados por los gobiernos, las acciones son emitidas por las empresas para su recapitalización.
CFD de ETFs
En este otro modelo se van a replicar los fondos cotizados y, por tanto, es posible tener prácticamente a cualquier mercado mundial como subyacente.
Una de las principales razones por las que se ha vuelto tan popular en los últimos años este tipo de inversión es su facilidad para hacerlo en línea, accediendo a mercados tan populares como los mencionados índices, divisas, materias primas y acciones.
Por otro lado, se trata de una fórmula que no obliga a tener el activo real y permite diversificar con facilidad. Son características que ofrecen una mayor flexibilidad si se compara con la inversión tradicional. Una flexibilidad que se aprecia con especial claridad en el acceso a los mercados extranjeros (diversificando con mayor facilidad). Sin embargo, esta facilidad de acceso y uso no deriva en facilidad de ganancias ni garantía de estas, ya que como se mencionó anteriormente el trading de CFD es complejo y para inversores avanzados.