• 27 de septiembre de 2025 06:23

Esta semana CGTN lanza la serie documental «Renacer de las cenizas»

Desde Volgogrado hasta Varsovia, pasando por Londres y Guernica, la serie recorre ciudades marcadas por la guerra, compartiendo historias de destrucción, resistencia y renacimiento.

Esta semana, CGTN lanza la serie documental de siete episodios “Renacer de las cenizas: ciudades europeas recuerdan la II Guerra Mundial”. Desde Volgogrado hasta Varsovia, pasando por Londres y Guernica, la serie recorre ciudades marcadas por la guerra, compartiendo historias de destrucción, resistencia y renacimiento. La serie se emitirá diariamente del 21 al 27 de julio, y ofrece una nueva perspectiva sobre la memoria de Europa respecto a la Segunda Guerra Mundial.

Hoy, Varsovia es una vibrante capital europea. Pero bajo su brillante silueta urbana, yace una historia de destrucción, resistencia y rebeldía.

Antes de la guerra, Varsovia era una de las ciudades más dinámicas de Europa, hogar de 1,3 millones de personas, un mezcla cultural con prósperas comunidades judías y polacas.

Dr. Krzysztof Mordyński
Historiador


Sí, Varsovia era un montón de ruinas. No quedaba prácticamente nada. Pero la gente regresó. Regresaron por voluntad propia, nadie se los ordenó. Así los anteriores habitantes sentirían que seguían viviendo en su ciudad.

El 85 % de Varsovia fue destruido al final de la guerra. No fue solo una conquista, fue un acto calculado de aniquilación, impulsado por el odio.

El Gueto de Varsovia fue establecido en 1940. Donde en su momento, hasta 460.000 judíos fueron confinados en apenas 3,4 kilómetros cuadrados, rodeados por muros de tres metros de alto con alambre de púas en la parte superior.

Patrycja Jastrzębska
Historiadora del arte

Todo lo que vemos aquí es completamente nuevo. En donde estamos, no queda nada de la Varsovia judía de antes de la guerra. Todo fue destruido, ni siquiera había ruinas. Todo era un mar de escombros

En la Varsovia moderna, monumentos marcan el Levantamiento del Gueto de 1943, en memoria de quienes dieron su vida resistiendo el terror nazi.

Poco más de un año después, Varsovia se levantó otra vez, esta vez fue toda la ciudad.

Este antiguo edificio bancario es uno de los pocos sobrevivientes, un testigo silencioso de los feroces combates entre los combatientes de la resistencia polaca y las fuerzas alemanas.

Dr. Krzysztof Mordyński
Historiador


Hubo combates intensos, esto era el Estado Subterráneo Polaco, se puede ver por las letras P y W aquí. Todos los que vivieron en Varsovia perdieron a alguien durante la guerra. Especialmente durante el Levantamiento de Varsovia. Doscientas mil personas murieron.

Janusz Maksymowicz era solo un adolescente cuando se ofreció como voluntario para luchar.

Janusz Maksymowicz
Participante del Levantamiento de Varsovia


Si un alemán caminaba hacia ti por la acera, un polaco tenía que bajarse a la calle para que el «amo del mundo» pudiera caminar libremente.

Después de 63 días, el levantamiento fue doblegado y se ordenó la destrucción total de Varsovia.


La reconstrucción de la ciudad fue el proyecto de vida del arquitecto Jan Zachwatowicz. Su equipo se basó en pinturas clásicas para reconstruirla.

Patrycja Jastrzębska
Historiadora del arte


Esto es una recreación del casco antiguo. Y aquí tenemos palomas. ¿De dónde vienen? Justo después de la guerra, una mujer vivía aquí, entre las ruinas. No había nada, ni edificios, y venía todos los días a lanzar migas de pan para alimentar a las aves. Zachwatowicz decidió conmemorarlo de una forma tan hermosa dedicándole este arco.

Varsovia fue reconstruida, por su gente y para su gente. De las cenizas, surgió la actual capital polaca.

Patrycja Jastrzębska
Historiadora del arte


Desde este punto vemos lo que es Varsovia, un mosaico de diferentes épocas. Tenemos la Varsovia anterior a la guerra, la posterior, y una ciudad moderna. Una ciudad que sigue construyéndose, que está en constante cambio.

Janusz Maksymowicz
Participante del Levantamiento de Varsovia


A menudo me preguntan, ¿valió la pena? Absolutamente, sí. ¿Por qué? Porque no existía fuerza política ni moral que detuviera a los jóvenes para que no tomáramos las armas y tratáramos de vengarnos de los invasores.

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