Nos hacemos eco de una noticia procedente del otro lado del charco, porque informa de un proyecto que va en la misma línea de actuación de Málaga Sana y poque es una iniciativa pionera. El proyecto se va a desarrollar en EEUU y, más concretamente, en el Estado de California, que va a ser el primero en el país, en obligar a los fabricantes de gaseosas y refrescos, a etiquetar las botellas de estas bebidas con una advertencia que informe de las serias consecuencias que acarrea el consumo de estos productos, entreellas, la obesidad y la diabetes.
Claro está, esta declaración de intenciones se encuentra amparada por un proyecto de ley, presentado por el senador estatal William Monning, que recoge la obligatoriedad de las etiquetas de advertencia en todas aquellas bebidas que contengan endulzantes que generen 75 calorías o más. Para más datos, las etiquetas contendrán el siguiente mensaje: “Advertencia de Seguridad del Estado de California: Tomar bebidas con endulzantes agregados contribuye a la obesidad, la diabetes y el deterioro de los dientes”.
Otro aspecto positivo es que el proyecto de ley está respaldado por la Asociación de Médicos de California y diversos grupos que defienden la salud pública. Ya sólo le falta pasar por el Congreso y, como ocurre siempre con estas cosas, hay detractores, entre ellos la Asociación Nacional de Bebidas, que señaló que desde 2010 ya se estampan las etiquetas con el contenido calórico y que insisten en que solo el 6 por ciento de las calorías en la dieta estadounidense proviene de bebidas con endulzantes comparado con el 11 por ciento que facturan los dulces y postres.
El senador insiste en que está demostrado por diversos estudios científicos, que hay un vínculo entre el consumo de gaseosas y algunos problemas de salud, como los mencionados anteriormente. que existen vínculos entre estos problemas de salud y el consumo de gaseosas. Y añade: “Lo que queremos es informar a los consumidores sobre el impacto en su salud que tienen estas bebidas”.
Pues al igual que las tabacaleras tienen que advertir en las cajetillas el peligro del consumo de sus productos, si las bebidas gaseosas también influyen con las calorías y el azúcar y/o edulcorante en la salud del consumidor, deben llevar las etiquetas. De hecho, todos los alimentos y artículos de consumo deben informar al usuario de sus componentes y riesgos y también de sus beneficios, ya que si muchas veces desconocemos lo dañino que puede ser algo de lo que consumimos, también desconemos, en ocasiones, lo beneficioso que es para el organismo.