• 31 de octubre de 2025 07:59

Que el barco de las relaciones China-EE. UU. navegue con estabilidad: la reunión de los jefes de Estado chino y estadounidense en Busan

El 30 de octubre, la reunión entre el presidente chino, Xi Jinping, y el estadounidense, Donald Trump, en Busan, República de Corea, duró una hora y cuarenta minutos. Este encuentro, la primera reunión cara a cara entre los dos mandatarios desde que Trump inició su segundo mandato, ha calibrado el rumbo del barco de las relaciones bilaterales que navega por aguas complejas, ha inyectado una fuerza estabilizadora clave a las relaciones entre los dos países y ha transmitido una señal positiva y clara al mundo actual.

La diplomacia de jefes de Estado siempre ha sido la «brújula estable» de las relaciones China-EE. UU., y el valor central de esta reunión en Busan radica en restablecer el consenso estratégico. El presidente chino, Xi Jinping, usando la metáfora de «timonel», enfatizó que los líderes de ambos países deben dominar la dirección y permitir que el barco de las relaciones bilaterales navegue con estabilidad. Esta metáfora resume con precisión la esencia de las relaciones entre ambos países: al ser las dos principales economías del mundo, aunque existen diferencias y fricciones inevitables debido a las distintas realidades nacionales, las decisiones estratégicas de los timoneles determinan directamente el rumbo de las relaciones. Desde la proposición del portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores chino Guo Jiakun de «ofrecer nuevas orientaciones e inyectar nueva dinámica» a las relaciones China-EE. UU. hasta la comunicación profunda de los jefes de Estado sobre asuntos estratégicos y a largo plazo, esta reunión completó la calibración del diseño de nivel superior para las relaciones bilaterales.

El consenso de cooperación en asuntos globales demuestra la responsabilidad de las dos potencias. El marco de diálogo de alto nivel establecido en esta reunión ha institucionalizado las actividades diplomáticas lideradas por los jefes de Estado en el próximo año, sentando una plataforma para la cooperación en más áreas como la gobernanza climática y la inteligencia artificial. Como señalaron los expertos, esto no es solo la base para la estabilidad mundial, sino también una redefinición de la relación bilateral más compleja del sistema internacional.

Las amplias expectativas y evaluaciones positivas de la comunidad internacional confirman el valor global de esta reunión. Desde el énfasis del embajador del Perú en China, Marco Balarezo, en el atractivo de las ideas chinas en la cooperación de Asia-Pacífico, hasta la atención de los medios españoles a las negociaciones económicas y comerciales entre China y EE. UU., y las esperanzas del sector empresarial estadounidense en los resultados de la cooperación, muchos países del mundo están buscando confianza en el desarrollo a partir de este encuentro. Especialmente en el contexto de esta celebración de la Reunión de Líderes Económicos del APEC, la estabilidad de las relaciones China-EE. UU. afecta directamente a la región Asia-Pacífico, el motor importante del crecimiento económico global.

Por supuesto, la estabilidad de este vínculo bilateral no puede lograrse de la noche a la mañana, pero el significado de la reunión de Busan radica en que ambas partes han reactivado el mecanismo de diálogo y establecido el rumbo de desarrollo basado en los beneficios mutuos y los resultados compartidos. Mientras ambos países mantengan el diálogo y abracen la esperanza de cooperación, sin duda podrán lograr que el barco de las relaciones bilaterales atraviese la neblina y navegue hacia la ribera de la reciprocidad y el beneficio mutuo, contribuyendo con fuerza duradera a la paz y el desarrollo mundiales.

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